16 enero 2008

Cartas desde Iwo Jima

A la Gloria del G.·.A.·.D.·.U.·.

Mi querida Ma-Guy-San:

Cuando llega la noche, aquí en Iwo Jima, veo las estrellas del firmamento y huelo las nuevas flores de los árboles. Pienso en ti y en nuestros hijos, y en cuando tenía un nombre privado. Ahora él ya no existe, pero yo, Tadamichi Kuriwayashi, cuando te escribo esta carta, te digo que le echo de menos y que recuerdo, con nostalgia, aquellos tiempos de inocencia y felicidad, en la que pertenecer a esta organización parecía algo constructivo.

En esta guerra todos nos conocemos. Por eso, lo que ha pasado no debe sorprenderte. Los amigos de ayer son los desconocidos de hoy. En la Fraternidad actual puede más el modelo de Caín, que el de Abel. El fanatismo, la ambición desmedida y la ignorancia, tienen hoy rostros sobradamente conocidos por todos.

Lo que te comento, mi querida esposa, no es bueno, ni malo. Ni una crítica personal. Ni siquiera un ataque defensivo por parte de los Hombres. Sólo son datos de análisis para mi estrategia, pues denotan el talante y la inteligencia del adversario. Yo, Tadamichi Kuriwayasi, sabía que esto iba a pasar. ¿Cómo esperar que un mandatario gobierne con tolerancia, fraternidad e igualdad, valores sinónimos de justicia, cuando su único objetivo es conservar el poder, a cualquier precio, incumpliendo sus propios propósitos de mando y liderazgo?

Ahora me pregunto ¿qué ha sido de los amigos comunes de aquel tiempo y qué ha sido de los Hombres que entonces comandaban?

En las noches estrelladas de la primavera, vienen a mi cabeza, no sé porque, quizás en mi vigilia insomne por si ataca el adversario, muchas frases dichas por Hombres sabios. Recuerdo ahora sólo dos.

La primera, es de Anatole France y dice lo siguiente: “Un necio es mucho más fuerte que un malvado; porque el malvado descansa algunas veces, pero el necio jamás".

La otra, es de un intelectual español, Miguel de Unamuno. Ante el grito de "¡Muera la inteligencia!", que profirió un General, José María Pemán exclamó: "¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!". Unamuno no se amilanó y concluyó: "¡Éste es el Templo de la inteligencia y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España".

Mi querida esposa, yo no soy supremo sacerdote de nada; ni siquiera he querido ser más que lo que era cuando estábamos juntos y teníamos tiempo. Pero, la Masonería debe ser el Templo de la inteligencia y la razón, y en estos momentos la Institución no lo es. Me parece inútil pedir que piensen en todos y recordar que es obligación de quien ha de presidir los destinos de todo el colectivo “Velar para que entre los Hermanos reine siempre la más franca, sincera y perfecta, harmonía y fraternidad” (artículo 3, del "Libro de las Constituciones"). Aquí, hoy y ahora, no hay ni harmonía, ni franca ni sincera fraternidad.

Aquellos que se sienten perseguidos, oprimidos o en otras formas de desolación y necesidad, tienen a sus Hermanos para su amparo y protección, de acuerdo con los usos y tradiciones propios contenidos en el artículo 5 de la Constitución más remota conservada, la de York, probablemente del año 926 (publicado por Kraus, en su obra “Las tres Constituciones más antiguas de la sociedad de los Francmasones”). Este artículo dice así: "También debéis confirmaros exactamente con las decisiones y disposiciones acordadas en las Logias…”.

El otro día, paseando por las galerías de Iwo Jima, me encontré a un hombre que había localizado en su puesto de francotirador de la biblioteca, en la vieja escuela del pueblo, un antiguo libro “Historia de la Francmasonería en sus documentos”. Como he tenido tiempo, he podido releer algunos otros artículos de esta vieja Constitución, que paso a trascribirte, porque me parecen bellos textos sobre cosas profundas. Sigue diciendo la Constitución de Cork:

Art 6.-Que cada uno por sí se abstenga cuidadosamente de toda deslealtad, porque el honor y la fidelidad son indispensables para el sostenimiento de la asociación, y una buena reputación es un gran tesoro. Es necesario no perder de vista también el interés del señor y del maestro a quienes sirváis, y terminar siempre convenientemente las obras que se os encarguen.”

Art 7.-Es indispensable también pagar íntegramente lo que debáis y sobre todo no adquirir jamás deudas que comprometan el honor de la Hermandad.”

Art 8.-Recordad siempre que ningún maestro debe emprender un trabajo si no se siente capaz de ejecutarlo, porque causaría el mayor perjuicio al arte y a la asociación. Todo maestro debe estipular siempre un salario que sea suficiente para que él viva y pueda pagar a sus obreros.”

Art 9.-Ninguno debe tratar de suplantar a otro, porque es necesario dejar a cada uno el trabajo que haya podido procurarse, a menos que se reconozca que es incapaz de ejecutarlo.”

Los Reglamentos conocidos con el nombre de "Artículos de Londres" fueron promulgados el 2 de Febrero de 1.356 (13 de Febrero en el calendario gregoriano) con ocasión de una diferencia surgida entre dos grupos de obreros. Éstos insisten, nuevamente, sobre la capacidad de los artesanos en los tres primeros artículos: “Los obreros no deben de emprender un trabajo si no son aptos para llevarlo a buen términos¨. "Su habilidad será controlada por un examen preliminar”.

Me lamento porque no haya sido convocada una segunda vuelta electoral para confirmar la habilidad y obtener la legitimidad cuestionada. Pero, ¡que lástima de tantas oportunidades perdidas a lo largo de tantos años atrás, para que no se dieran las causas que ahora dan lugar a los efectos que vivimos!

¡Cuántos Hermanos en desolación, en tribulación, en problemas! ¡Cuántos exiliados, perdidos y abandonados¡ ¡Qué fuerza desperdiciada para el Arte Real! Pero, ¿por qué nos pasa esto? ¿Por qué existe el sentimiento de que no tenemos futuro, tal y como ahora somos, y que estamos condenados a repetir eternamente la maldición del prometeo encadenado en este siglo XXI?

Deben volver a casa, si es su deseo, de manera inmediata todos ellos. Deben convocarse ahora nuevas elecciones, en las que el General adversario deponga el mando para permitir la limpieza del proceso. Deben haber nuevas elecciones, nuevos candidatos. Un nuevo estilo, una nueva Maestría.

Hay candidato. Hay programa. Hay equipo, bien formado en la vida profana y suficientemente preparado, como para que trasmitan a la Institución todo su saber hacer. ¿O es que aquí dentro hay más bondad que en el mundo profano?. En la iniciación, nos desprendemos de los metales porque queremos. Pero no los olvidamos, ni los perdemos, sino que los recuperamos una vez ya iniciados y siendo, como son, cualidades producto de las capacidades personales aplicadas al bien común ¿Por qué no utilizarlos en el gobierno de la Institución, en vez de permitir que personas, en muchos casos incapaces de conservar metales profanos, traten de subvertir lo iniciático, para conseguir esos metales profanos, dentro, cuando son incapaces de conseguirlos fuera?

Hay alternativa, hay compromiso y hay que dar el paso, otra vez, con esperanza en que el cambio es posible en la Institución. Hombres nuevos se formarán para ser la renovación y el relevo de quien pueda ser ahora alternativa para el nuevo siglo. Y, todo ello, dentro de una personalidad masónica propia, que sin renunciar a las tradiciones insulares y continentales de la Francmasonería, siga su propio camino, sin complejos, ni amarguras.

Perdóname, querida esposa, pero tengo que seguir.

El "Manuscrito Regius" (1.388-1.445), además de contener un resumen mítico de la Historia del Arte, indica lo siguiente en su segunda parte (173 artículos):

Art 1.-El Maestro Masón debe ser firme, constante, leal y verídico. Jamás debe tener motivos para arrepentirse de lo que haga. Debe pagar a los Compañeros según los precios que tengan los medios de subsistencia. Debe estar exento de que le reprochen por favorecer a un partido determinado. En su cualidad de Juez debe ser justo y equitativo, para que todos reconozcan que tiene razón…A cualquier parte donde vaya , procediendo así, su valor y su mérito no puede dejar de ganar siempre.”

Art 8.-Indica los deberes del Maestro; si encuentra dentro de la corporación un hombre que no es lo que debe ser, debe reemplazarle con otro mejor acondicionado, porque la negligencia o el descuido respecto a uno solo, comprometería el buen resultado en el progreso del Arte.”

Art 9.-Prescribe formalmente que el Maestro debe ser prudente y capaz, que no debe emprender un trabajo que no esté seguro de poder acabar, y que sea lo que quiera que haga, debe servir de satisfacción para el que lo encarga y de honra para el taller, y que los preparativos de toda obra deben siempre hacerse en un terreno que tenga todas las cualidades requeridas.”

Art 10.-Esta consagrado a hacer la distribución de todos los que pertenecen al oficio, pequeños y grandes. Ningún Maestro debe estar en oposición con otro; todos deben vivir entre ellos como Hermanos. Ningún Maestro debe jamás tratar de suplantar a otro que haya emprendido una obra a menos que aparezca ésta tan mal ejecutada que efectivamente amenace ruina. En este caso, que se presente otro Maestro para reparar o evitar el perjuicio que pueda sufrir el propietario…”

Art 12.-Honra al individuo, sea el que sea, que no interrumpe ni destruye el trabajo de los Compañeros, sino por el contrario lo protege contra todo ataque hostil. Las órdenes que dé deben ser siempre convenientes y comunicadas con toda prudencia necesaria. Debe mandar el que tenga autoridad para ello, pero hasta en sus justos mandatos, debe procurar que no se origine ninguna querella.”

La tercera parte, según el libro, contenía 209 versos y reglamentan el trabajo desde el punto de vista moral y religioso, son los "Plures Constitutiones"; en su artículo 10 podía leerse: “Si un Masón falta a sus deberes, de cualquier orden que sean, social o profesional, sé le hará comparecer ante la asamblea general de la corporación y, si se niega, se le expulsará de la cofradía.”

Que bellos preceptos, pero que difíciles de cumplir para todos nosotros.

Se que eres consciente, querida esposa, que hay muchas posibilidades de no salir vivo de esta guerra. Pero, aún lo estamos y cada día más fuertes. Espero que comprendas que no me puedo rendir y que es preciso resistir; no por mí, sino por lo que decimos que somos, como ya te manifesté en una carta anterior.

Ma-Guy-San, me pregunto, al releer esos textos una y otra vez, si yo no llegaré a hacer lo mismo que otros han hecho antes, si algún día acabo, vivo y victorioso, esta guerra contra el fanatismo, la ambición y la ignorancia.

No lo sé. Quizás mi diferencia está en que yo me atrevo a expresar mis dudas como ser humano, y en que no me atrevo a prometer nada. Sólo me arriesgo a decir que lo intentaré. Por eso estoy en capacidad para pulir mi piedra bruta, como un “primus inter pares”, con tu ayuda y tu compañía, la de nuestros hijos y la de mis Hermanos.

Soy consciente del peligro del poder y de la ambición, sea cual sea la escala. No soy el único consciente y en la posición del Bosque de Sherwood mucho he aprendido de sus proscritos y mucho he admirado y admiro su resistencia y su honor.

Mi querida Ma-Guy-San, en el amor y en la batalla se forja el alma del Samurai.

A las puertas de Juaraji, con la capa ya llena de polvo de diez meses de combate, hemos hecho un largo camino para hacer lo que en nuestra mano está para que pase este período de oscuridad lo más pronto posible. Dimisión ya del Usia del Reyno, que no rendición. Convocatoria de elecciones ya. Restauración de la situación anterior a las últimas elecciones de aquellos Hermanos que quieran volver al Reyno, desde donde se encuentren. Plebiscito para acabar definitivamente con la situación de tensión que hemos vivido, legitimando las anteriores elecciones de manera indubitada. Y todo esto es posible, al menos por nuestra parte. Sólo depende de la buena voluntad de quien debía de tener la mejor voluntad de todos nosotros.

Cada día que resistimos es un día más para la libertad, la igualdad, la fraternidad, la tolerancia, la trascendencia y el secreto iniciático, que constituyen nuestro sistema filosófico de pensamiento. Si no lo hubiéramos hecho así ¿qué mensaje podríamos trasmitir a la sociedad profana, a nosotros mismos, a nuestros hijos, a los que son Hermanos, a los que lo serán y a los que lo fueron?

Larga vida a la inteligencia y honor a los hombres de la cota 33, por la dura y gloriosa defensa que están haciendo de su posición. Larga vida y honor, también, a los proscritos del Bosque de Sherwood, a los Caballeros del Templo, a los montañeses de la abadía y a todos los Compañeros de la Compañía que está en Juarají, desde donde te escribo, en la posada, aunque llevo a Iwo Jima en lo más profundo de mi Alma.

Que cada uno, desde su lugar, el que sea, haga lo que tenga que hacer, todos juntos, porque termine esta época de oscuridad y tinieblas. Aquí está mi mano tendida, sin mácula, ni sangre. Hago un llamamiento a los Hombres Libres, a los Hermanos, a que, a pesar de que la resistencia es dura y en lugares accidentados e inaccesibles, se unan a nosotros en la Compañía, que en estos momentos esta en Juarají, para conseguir que la Luz se haga en este período de tinieblas y se movilicen en los lugares que ellos consideren oportunos.

A todos ellos, a todos vosotros, mi agradecimiento, mi homenaje y admiración.

Yo iré el primero, delante de los Hombres, en la última batalla, como ya he ido en otras batallas. Pero, si muero, no me busques. He dado instrucciones para que mi cuerpo no sea localizado por el enemigo.

Tres besos para ti, los niños y mis Hermanos. Diles que me siento feliz por ellos, por todos nosotros.

Tadamichi Kuriwayasi.

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