08 junio 2010

El final de ciclo se acerca. ¿Estamos preparados?

Queridos Hermanos todos:

Un año más, se acerca el solsticio de verano. Las Logias van cerrando los Trabajos de este convulso curso masónico. Se presentan las censuras de cuentas. Se van eligiendo los Oficios electos del Taller para el nuevo curso. Y los Venerables de las Logias leen sus Planchas de fin de Veneratura en la que se recapitulan deseos y logros; por desgracia, más deseos y buenas intenciones, que logros efectivos. La condición humana.

La GLE ha vivido dos años (especialmente) muy agitados y, así lo creo yo, muy poco masónicos. Cuando en el ritual decimos que la Harmonía presida nuestros Trabajos, es porque fuera de ese equilibrio interior que debería ser una Logia, lo único que encontramos es la dinámica habitual y el ajetreo del mundo profano. Es decir, un ritmo de vida que hace que nos comportemos más como autómatas, que como Hombres conscientes.

Ahora, desde hace dos meses, ya tenemos nuevo MRGM y nuevo cuadro de Gran Logia. Es mucho lo que tienen por delante para hacer y rehacer. Y la labor no es nada sencilla. Cada vez hay más voces, en el mundo de la política profana española, que dicen que ante la situación de crisis gravísima que tiene España es necesario refundar las estructuras y el sistema del Estado. Que lo que tenemos no sirve, no funciona adecuadamente a su propósito: servir al Pueblo. ¿Recordamos a Rousseau y Montesquieu?. Lo mismo podríamos pensar de la GLE.

Si las crisis sirven de algo es para tomarlas como oportunidades de cambio y de regeneración total. Si así lo hacemos saldremos fortalecidos y podremos cambiar el rumbo de esta Insttitución, que este año cumplió 28 desde su legalización, allá por 1982 (e.v.). Por el contrario, si nos quedamos a la expectativa, a verlas venir, perderemos quizás la última oportunidad que nos queda. No puede ser que nuestra Orden Iniciática sólo tenga unos 2.500 Hermanos en un País con casi 50 millones de habitantes. O cambiamos, o nos extinguiremos como los dinosaurios.

La Historia nos demuestra que en los momentos díficiles, en los tiempos de agitación, es cuando surgen los líderes que toman la Palabra y, envueltos con el manto de los valores morales y de los principios éticos, son capaces de convencer a sus semejantes de cuál es el camino que se debe tomar. Por muy duro, largo y difícil que éste sea. ¿Recordamos a W. Churchill?

La sociedad profana y la Orden Francmasónica siguen, inexorablemente, caminos paralelos. Nos esperan tiempos muy duros y difíciles antes de acabar este año profano 2010. ¡Debemos cambiar ya! Debemos evolucionar y saber adaptarnos a esos cambios inevitables. Y los Masones deberemos estar más Unidos que nunca (¿recordamos nuestro lema Salud, Fuerza y Unión?). Se nos debe dar una oportunidad. Se nos debe señalar la Luz. Debemos decidir, líbremente, si estamos dispuestos a subir la escalera de Jacob hacia un lugar incierto y desconocido. Y todo ello, por si fuera poco, hacerlo conscientemente.

Hermanos, recibid todos un T.·.A.·.F.·.
Rasputín.