27 marzo 2012

¿Es la Gran Logia de España una colonia británica?

Queridos Hermanos todos .·.

Es por todos conocido que los orígenes de la Francmasonería en España están ligados a la Masonería Inglesa. Esto no es ni bueno, ni malo; sencillamente, es.
Otra consideración preliminar es que España, por su clima, sus paisajes, su gastronomía y su forma de vida, es retiro habitual de muchas buenas gentes (profanos y Masones) de Europa, cuando les llega el tiempo del bien merecido retiro laboral. Normal. ¿Quién va a querer vivir en un país en donde el sol permanece oculto el 90% de sus días o que en sus inviernos su temperatura media está en torno a los 25º bajo cero? Como digo, normal que se vengan los anglosajones, los germanos y los nórdicos, al sur, en donde se vive más y mejor.

Hechas estas consideraciones, lo que debemos plantearnos, de una vez y en serio, es si los españoles -en general- y los Francmasones de este Reino -en particular- somos mayores de edad, somos hombres adultos y libres, para seguir con unas situaciones que rayan lo ridículo, lo estúpido y lo subversivo a la Ley.

En lo profano y como ciudadano de este país aún llamado España, no comprendo cómo a estas alturas del siglo XXI y dentro del marco geopolítico de la Unión Europea, un país amigo, de este mismo círculo de socios y que agrupa a casi todos los europeos, es capaz de seguir manteniendo una "colonia" en territorio soberano de otro país amigo. Naturalmente, Hermanos, me refiero a Gibraltar. Ese puerto de traficantes y piratas, paraíso fiscal y de delincuencia organizada, que nos abochorna día sí, día también, con las felonías y desafíos al Estado de Derecho y a nuestras Fuerzas de Orden Público. Como todos podemos leer en los medios de comunicación, los enfrentamientos armados de los piratas británicos hacia nuestra Guardia Civil y hacia nuestros humildes pescadores, es algo común que, como español y europeo, me abochornan cuando lo leo.

En lo Masónico y como miembro de esta Institución llamada GLE, nunca he comprendido -desde que fui iniciado en nuestra Orden- cómo es posible el trato de preferencia y subordinación que hace nuestra Casa Común hacia nuestros Hermanos británicos. Si algo debemos aprender y respetar en el Arte Real es que todos debemos ser iguales entre nosotros y ante la Ley. Y esa igualdad debe ser además recíproca y sincera entre los iguales. Así pues:
  • ¿Cómo es posible que haya un número tan exageradamente elevado de Grandes Oficiales que sean británicos? Estamos hablando en el entorno del 50% de sus miembros. ¿Esa proporción se da igual en la GLUI, con respecto a los Hermanos no británicos?
  • ¿Cómo es posible que existan tantas Logias cuyas lenguas de trabajo no sean lenguas españolas?
  • ¿Cómo es posible que se permita la baja y el alta en la GLE con tanta facilidad y sin un estudio previo del porqué de dicha situación? ¿Acaso no somos todos los Hermanos los que debemos mantener de forma equitativa la Orden? ¿Por qué la cuota de reincorporación es tan baja? ¿No sería mejor poner una cuota elevada -1500 euros- evitando así ese flujo a discreción de entradas y salidas?
  • ¿Cómo es posible que los documentos de la GLE se elaboren y se remitan, además, en una lengua que no es la propia de la GLE, ni del Reino de España? ¿Acaso esta situación también se da en la GLUI? Esto no es cortesía; esto es pleitesía, digámoslo alto y claro. Y los Masones no aceptamos pleitesías.
  • Y, por último. ¿Cómo es posible que los Hermanos británicos participen en la elección del Gran Maestro de la Gran Logia de ESPAÑA? ¿Acaso la decencia, el honor y la dignidad se han ido por el sumidero del Templo? ¿No es mejor que seamos los propios Masones españoles los que metamos la pata y erremos con nuestras propias decisiones, por equivocadas que estas sean?
No me extenderé más, Hermanos. La actitud de nuestra propia Orden hacia esos Queridos Hermanos no españoles es una pleitesía que ya no se corresponde con los tiempos que corren. De igual manera que tampoco lo es tener clavada en nuestras dignidades soberanas una daga llamada Gibraltar. Por eso y desde aquí, quiero ponerme en pie y gritar bien fuerte y claro:

¡GIBRALTAR, ESPAÑOL!
¡GRAN LOGIA DE ESPAÑA, ESPAÑOLA!
¡Dejadnos ser libres, dejadnos ser Francmasones!

Recibid todos un TAF.

Rasputín y sus Hermanos, desde este trozo maltrecho de piel de toro.

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